Se han dicho muchas tonterías sobre la imagen social del bibliotecario. Más sobre la bibliotecaria. Y sobre todo se han dicho en inglés. Yo voy a decir una cuantas tonterías más, en español, pero sobre todo voy a intentar colgar fotos que reflejan nuestro lado más extraño.

8.8.06

En agosto más ventajas


En agosto más ventajas: era el lema de una campaña de rebajas de verano de El Corte Inglés que recuerdo de hace algunos años, quizá de mi niñez, no sé. La cosa es que en agosto esto sigue abierto y he encontrado algunas imágenes que no conocía, y de paso publico algunas otras que tenía en la recámara o en el flickr. Pero vaya por delante que lo que sigue es una especie de miscelánea, que no me da el cacumen ahora mismo para pergeñar un post monotemático.

Por ejemplo, y para empezar por alguna parte, tengo algunas fotos de la Historia de la Automatización de las Bibliotecas:

Esta es de un grupo de pioneras: Mary, Ann, Rosalyn, Carol e Iona (el team bibliotecario más tarde conocido como MARC-I) Longfellow, todas hermanas, todas ellas bibliotecarias de la Southwestern & Northeastern Tiny Mingle Library, de Chapalooga, Connecticut, Estados Unidos, que en 1946, recien acabada la II Guerra Mundial, tuvieron la brillante idea de llamar al famoso experto en radiocomunicaciones inalámbricas William Tredhurst Jr. III (en la imagen, con bata) para que las ilustrara sobre la manera de transmitirse entre sus sucursales los registros bibliográficos en código cifrado. Hasta la aparición del ingeniero Tredhurst las MARC-I usaban el morse para comunicarse de una habitación a otra, por lo que la adquisición del hardware específico (también en la imagen) les simplificó harto la vida, como sabe todo bibliotecario.

La cosa es que la automatización de las bibliotecas trajo consigo un aumento en las consultas de todo tipo de items y las bibliotecas aumentaron su uso; hasta entonces, cierto tipo de libros quedaban relegados a una escondida estantería del depósito, accesibles desde confusas entradas del catálogo manual. Pero a medida que aumentaron las facilidades para el acceso a los fondos, algunos usuarios se dieron cuenta de qué libros había. Y empezaron a pedirlos. Esto tuvo como consecuencia situaciones como la que retrata la foto, tomada en la Methodist Bapitst University Library (Library and Information Sciences Library) de Sugarcane Hill, en South Carolina, Estados Unidos, 1963, en la que el bibliotecario jefe Abraham R. Dobermann solicita a su ayudante, la srta. Phyllis Dougherty, retire de los estantes los libros ofensivos a la moral de los estudiantes de Biblioteconomía, a saber:

La misma biblioteca, 100 años antes, tenía todo un comité de expurgo de libros verdes: esta foto de arriba ilustra la Comisión Permanente de dicho Comité, formado por taitantas señoras bibliotecarias venga a leer libros guarros para que luego no los pudiera leer nadie más. Obsérvese en la foto que las lectoras-censoras leen bajo la atenta mirada controladora de los bustos de cuatro autores clásicos: Terencio, Plauto, Aristófanes y Eurípides. Es lo que se dio en llamar más tarde "El control de autoridades".

Aquí tenemos a la srta. Miller-Flexus, de soltera Flannagan, aprendiendo a usar un visor-reproductor portátil de microfilmes y microfichas. La microfilmación, qué duda cabe, supuso un gran adelanto para las bibliotecas en los años 50: lo que antes era leer el periódico (véase foto más abajo) se convirtió en toda una tarea profesional.

Esta es la del periódico que decía yo antes. Atentos al vestido bicolor, las gafas, el peinado y el broche de la bibliotecaria (es toda una metáfora sobre la luna, el día y la noche). Al fondo del mostrador, y atendidas por un guapo becario, las gemelas Olsen, de calcetines negros y zapato plano.

Y para terminar por hoy con esta breve Historia de la Automatización de Bibliotecas tenemos una foto inédita de Sir Melvil Dewey encaramado en uno de sus recientes inventos, el catálogo-fichero, una tarde que volvió de comer con unas cuantas copas de más.

Vamos ahora por otro tema agostil: Bibliotecarios y Sociedad Civil. Civil rima con agostil. Tengo algunas fotos de la presencia de los bibliotecarios en la sociedad que van algo más allá de las aclamadísimas "Cart Parades" o "Bailes de los Carritos". Son imágenes de manifestaciones (de paletos, supongo, en el léxico Rajoyano, Berlusconístico, y quizá también en el Bushero).

Esta, por ejemplo, es una paleta y bárbara antiglobalización lamentándose por el cierre de la biblioteca pública de su barrio.

Estas son varias (pocas) bibliotecarias paletas rechazando la política de Bush sin argumentar nada en contra, las muy demagogas. Seguro que encima su protesta no tiene nada que ver con las bibliotecas sino que es por convertir un Parque Nacional de Alaska en un campo petrolífero o por algún otro asunto que ni les va ni les viene.

Ahora, que ahí tenemos a Liza Simpson poniéndose al día en la Biblioteca Pública de Springfield, y redactando una carta a la Casa Blanca, pero bien documentada. A ver si Liza finalmente se anima a estudiar Biblioteconomía y da un vuelco al mundo de los bibliotecarios protestones...

¡Cambio de tema de nuevo! En agosto, y tras la operación bikini y el "reading is sexy" he seguido encontrando imágenes de esas... (por cierto, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Cervera de Pisuerga, aclaro a las malas lenguas que no es cierto que el diseño que voy a presentar al concurso de logotipo para una famosa biblioteca sea un bikini con letras impresas). Y voy ahora con las sexy librarians:

Esta (y otras, como la de la cabecera del post) la saqué de bookslut.

Al ver esta imagen alguien pensó: este cochino dice que quiere retozar desnudo con la bibliotecaria infantil (en la imagen); yo creo que la frase es de la chica del dibujo, que afirma que desea retozar desnuda con el bibliotecario infantil. Resulta mucho más razonable: ya está desnuda, y ya está en la biblioteca. Bueno, es una versión de los hechos. Por cierto, y ya conocéis mis dotes detectivescas, he averiguado que este dibujo cochinete está calcado de esta foto de la Marilyn, que yo publiqué aquí para solaz de media Humanidad.

Esta otra no tiene ni pies ni cabeza. ¿Dónde la clasificaría yo? ¿En "sexy librarians", por la liga de la joven bailante? ¿En "fiesta, fiesta" por el disfraz de Capitán Garfio? ¿Qué hacen dos empleados de banca y una monja rusa ortodoxa en una biblioteca contemplando a una go-gó bailando con el Capitán garfio? ¿Quién es el cuarto espectador, ocultado por Garfio? ¿Será un torero, será un bombero? ¿Quién está ocultado información y en beneficio de quién?


Este es el banner de bookslut para que visites su tienda en cafepress. Bonitas camisetas. A ver cuándo tenemos aquí algo así: lo más parecido ya lo resumí yo en mi otro yo.

Atentos a esta sexy librarian: sonrisa profidén, pelito discreto, cuello alto y abotonado, falda super-larga... pero la pose es la que cuenta: ¿cuántas de ustedes podrían posar en su biblioteca con tanta elegancia, sosteniendo un Aranzadi al tiempo que acariciaran los tejuelos de la balda contigua, mirando a la cámara, sonriendo, y sin caerse? Esto es profesionalidad. Confieso que es de las mejores imágenes que conozco; no recuerdo de dónde la saqué, pero me parece que decía el nombre de la moza, y era la bibliotecaria de verdad, no un maniquí de Harrod's.

¿Alguien es capaz de reconocerse en esta foto?

¿Alguien es capaz de reconocerme en esta foto?

Y de nuevo cambio de tema: ¿alguien se acuerda de un post sobre bibliotecarios colocando libros? Pues vuelvo sobre lo mismo, toda vez que he encontrado algunas imágenes dignas. Allá van:

Bella ¿era bibliotecaria? Y la Bestia ¿un usuario enamorado? Por otra parte ¿es esta forma de colocar los libros subida a una escalera? ¿Dónde estaban los de Prevención de Riesgos Laborales?
Hay tantas y tantas preguntas...

"Deshabillé bibliothecaire": pues tampoco esta es forma de colocar los libros, la verdad, por mucho calor que haga en agosto en los depósitos. Pero no sé si la Ley de Prevención de Riesgos Laborales tiene algo que decir sobre lo de trabajar en deshabillé.

Esta es una veterana bibliotecaria formando en el uso de la CDU y los tejuelos a un becario de 1º de carrera. La señora no se fia mucho de la cara que pone él. Ni de su peinado "recien levantado".

Aquí una pin-up bibliotecaria pasando apuros al bajar de la escalera, de recoger unos volúmenes que había que expurgar.

¿Y estos sujetalibros? Quién se los pudiera permitir. Ya vimos algunos en el post sobre Muñecos Bibliotecarios, y este se me pasó. Parecen Condoleezza Rice y María Teresa Fernández de la Vega, tanto monta monta tanto, colocando la una el Libro Rojo de Mao, la otra el Libro Gordo de Petete

A esta sí que la denunciaba yo por riesgos en el trabajo: ¿a quién se le ocurre bajar así unas escaleras? Es que no se puede ser bibliotecaria y vedette al mismo tiempo (salvo en Francia, claro ;-) (*)

(*) Nota para los no francoparlantes: en Francia, las listas de encabezamientos de materia se llaman "Listes de Enciclopedique Française de Vedettes-Materies". De nada.


Más cosas: otros días los hemos dedicado a hablar de Bibliotecarios Célebres pero por otro Cosa. Allí vimos al suprascrito Mao y a otros personajes como el polémico John Edgar Hoover. Pues bien: he encontrado el ex-libris del fundador del FBI. Ahí va:


También hemos dedicado entradas a la vestimenta bibliotecaria, tópico donde los haiga hablando de la Imagen Social del Bibliotecario. Se han volcado ríos de tinta digital sobre el tema, y yo no voy a opinar mucho sobre ello, pero voy a mostrar imágenes, algunas de ellas de camisetas como las que vimos en el tema del "merchandising ese".




Pero no sólo son camisetas: buscando en el google images "librarian skirt" sale esto:

aunque llevo años de cruzada contra esta imagen y publicitando otras más minifalderas, véase:


Otro día habíamos hablado de libros que hablan de bibliotecarios, y se me escaparon estos dos que ahora traigo por los pelos:


Pues que nadie piense que no hablan de lo mismo.

Otro día y no sé a cuento de qué os hablaba de "The modified librarian", una web sobre bibliotecarios tatuados, en la que no se incluye un tatuaje como este que encontré por ahí:



Y termino ya por hoy, con una foto de un hombre, para variar un poco. Se trata de Hwonn Il Kwonng III, bibliotecario jefe de la Kim Un Poongh Memorial Library de Camboya del Norte que, además de hojear uno de los tomos de la Clasificación Bibliotecaria Camboyana (ed. abreviada) nos plantea el enigma veraniego: ¿será una peluca o será una boina lo que llevo? La respuesta, en el próximo episodio.


¡Hala! ¡A disfrutar!

8 comentarios:

  1. Anónimo10.8.06

    Es una boina de pelo de camella oriental, muy apreciada por la finura de sus cabellos.

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  2. Como siempre genial :D

    Está bien volver de vacances y encontrarse buenos artículos :D

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  3. Anónimo18.9.06

    Creo importante que examine usted el siguiente post:

    http://www.lacoctelera.com/hikikomori/post/2006/08/08/biblioteca-nuclear

    de un por otra parte excelente y muy recomendable blog. La imagen social del bibliotecario, o más bien de la bibliotecaria, que en él se refleja es, como poco, alarmante.

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  4. Anónimo6.5.10

    No se quien lo ha escrito, pero es un articulo machista, desagradable e insultante para las bibliotecarias. Que pasa, ¿qué hay que reflejar las propias fantasías en otras profesiones?

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  5. Bryan Barreiro21.8.10

    Estimada/o: No me parece machista, sino que refleja una de las imagenes populares acerca de las bibliotecarias en un sentido erótico claro está, y no hay porque esconderlo si forma parte de la imagen social que se tiene de la Profesión. Que esté bien o no eso es otra cosa. Muy buen artículo !!
    Bryan Barreiro.
    Estudiante de Bibliotecologia(Uruguay)

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  6. Buscando en la web me topé con este blog otra vez. Y ahora reconozco que se trata de una imagen ofensiva que se tiene con la bibliotecaria

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  7. Buscando en la web me topé con este blog otra vez. Y ahora reconozco que se trata de una imagen ofensiva que se tiene con la bibliotecaria. Bryan

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  8. Buscando en la web me topé con este blog otra vez. Y ahora reconozco que se trata de una imagen ofensiva que se tiene con la bibliotecaria. Bryan

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