Se han dicho muchas tonterías sobre la imagen social del bibliotecario. Más sobre la bibliotecaria. Y sobre todo se han dicho en inglés. Yo voy a decir una cuantas tonterías más, en español, pero sobre todo voy a intentar colgar fotos que reflejan nuestro lado más extraño.

16.1.06

El "merchandising" ese


Vamos por nuestros fueros. La imagen social del bibliotecario, donde la haya, será una cosa de la que uno siempre se pueda reir, pueda comerciar con ella, y sea algo de lo que no avergonzarse. Los botánicos no sé si tienen una imagen social colectiva, pero las peluqueras, por ejemplo, sí; los pescaderos, sí; los guardaespaldas, sí; los profesores universitarios, no; los asesores financieros, no; los fresadores, no. ¿Qué se deduce de todo esto? Pues que no hay una relación explícita entre lo claro de la imagen social de un colectivo profesional y su nivel de ingresos económicos ni de su nivel de aceptación por la sociedad, pero sí que hay una relación implícita entre:
  1. tener una imagen
  2. reírse de ella
  3. comerciar con ella
  4. romper el estereotipo
El caso de los bibliotecarios en los Estados Unidos digo yo que refleja lo que de mala manera quiero decir: ellos tienen una rancia imagen social como bibliotecarios (sobre todo los de bibliotecas públicas, porque es un país donde las bibliotecas públicas tienen un papel social... ¡buf!, me meto en camisas de 11 varas y luego no salgo, mejor que vuelva por mis fueros) y juegan con esa imagen: la venden en forma de merchandising, se ríen de ella en muñecas como las de las que ya hablé, o en libros baratos como estos, o en películas como otras de las que ya hablaré.

Son capaces de ir a trabajar con una camiseta como esta, que contiene un chiste para bibliotecarios:
O esta otra que reporoduce la cubierta de un libro al que ya me referí hablando de la literatura barata, y que tiene chic sólo para bibliotecarios:
Aunque las más populares son las que tienen mensajes subliminales e implícitos, basados e sobreentendidos, del tipo de "Soy una guarra", "Bésame", y juegos de palabras entre "enduring" y "ensuring", o entre "shit" y "shht". Ahí van:

Y luego está la famosa serie "Reading is sexy", que traerá un nuevo post monográfico porque he recopilado abundante material sobre el tema, aunque yo sólo voy a colgar las fotos más decentitas, para que luego me digan que si un profesional de la información debe, que si patatín que si patatán:
Puestos en materia, cómo obviar la existencia de tangas bibliotecarios; sí, ya sé que he prometido un monográfico sobre "wear and underwear", pero puedo ofrecer un pequeño anticipo en concepto de ropa interior bibliotecaria destinada al merchandising:

Pero no debemos olvidar las referencias más modosas en tipo camiseta, o incluso la posiblidad de que vd. quiera señalarse sólo con un pin; lo de los pins trae tela, porque inciden en elementos tradicionales del estereotipo a diferencia de las camisetas que suelen ser irónicas pero más a lo bestia. Allá van:



Categoría aparte en los pins son las chapitas, más macarras pero efectivas:

Y terminamos con un clásico del merchandising (¿quién no las ha vendido para el viaje de fin de curso o de ecuador de la carrera?): ¡LAS TAZAS!

Post Data: no podemos dejar de terminar con la estrella de la colección EL PARCHE para coser en la chupa: lo hay tipo chupa de béisbol (el primero) y el tipo chupa de cuero (el segundo, genial, y está mal que lo diga yo que lo he encontrado)

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