Se han dicho muchas tonterías sobre la imagen social del bibliotecario. Más sobre la bibliotecaria. Y sobre todo se han dicho en inglés. Yo voy a decir una cuantas tonterías más, en español, pero sobre todo voy a intentar colgar fotos que reflejan nuestro lado más extraño.

21.12.06

Library Play



En estas fechas tan señaladas... (este es uno de mis tópicos favoritos, junto con "este marco incomparable" y "esta huella imborrable"). Decía yo que en estas fechas tan señaladas, entre tanta abundancia abundan las celebraciones de fiestas navideñas escolares. Los infantes acuden a sus colegios disfrazados de pastorcitos o vírgenes, de renos o abetos; los padres asisten embelesados a representaciones que graban en sus videocámaras (o tomavistas, que los llama mi madre); los escolares chillan sus villancicos en el salón de actos del cole y se demelenan a comer panchitos a la salida... Mi pregunta es por qué se limita tan positivo acto a la infancia, y no se continúa durante toda la educación celebrando festivales navideños. Particularmente creo que si en la Universidad ya hemos copiado de los americanos las fiestas de fin de curso con baile en el polideportivo, la imposición de becas con asistencia de los orgullosos padres, la vidilla de campus con el ligoteo incorporado y el glamour de las universidades americanas de las películas, y hasta el baloncesto universitario, por qué no, decía yo, celebramos festivales navideños.

Y propongo hacerlo en la Biblioteca, como actividad no sé si de extensión cultural o de extensión bibliotecaria. Algunos ejemplos tenemos. Pasen y vean:

Este es un ejemplo, por ejemplo, de integración multimedia: BIBLIOTECA-TEATRO, tanto monta monta tanto. Si lo piensas, aquí hacemos mucho teatro. A veces finjo que le enseño a un alumno a usar un recurso que él finge aprender... cuando sales del teatro, a la vida real, se acaba la función y olvidas la comedia. Lo mismo le pasa al alumno al que enseño a usar el OPAC, que cuando sale por la puerta se olvida de todo.


Este es un bibliotecario desesperado clamando en el desierto de la incomprensión de sus usuarios... pero lo suyo es puro teatro. Les está contando un cuento. Los lectores del mañana recordarán sus gestos, recordarán la biblioteca, pero no recordarán la historia que se les cuenta. Al menos los míos nunca recuerdan la historia que les cuento (la de "callarse", o la de "guárdate ese bocadillo de chorizo", o la de "los baños, al fondo a la derecha"). Yo también hago teatro: hago el papel, otras veces, del Horacio de Hamlet ("Hay más cosas bajo el cielo de las que caben en tu filosofía").

Luego están estos colegas, que para una representación navideña desempolvaron los disfraces de sus cajones de 75x125 y se ataviaron conforme sus funciones bibliotecarias:
  • tres de ellos van de piratas (son los encargados de bajarse de internet "recursos" que luego graban a escondidas de las entidades de gestión de derechos de autor)
  • la señora gorda (con perdón) del centro va de hada madrina con varita mágica: es la encargada de la gestión presupuestaria, de sacar dinero de donde no hay.
  • la de la camiseta naranja va de calabaza de Halloween: se encarga de los cursos de alfabetización (de la de siempre) para alumnos con calabazas, osea suspensos.
  • al fondo a la derecha hay una señora con una túnica solemne, anticuada, incómoda, fea y fuera de lugar: redacta encabezamientos de materia.
  • las otras dos, una blanca y otra negra, con una camiseta con un 2, son el Comité para la Implementación del Lib 2.0
Estos son los abuelos de los de más arriba, grupo de bibliotecarios de Wisconsin que en los años 20 celebraron una función teatral en su biblioteca para animar el cotarro. Llama la atención, contrastando las dos fotos (arriba y abajo) la importante reducción de personal, lo elegantes que eran las señoras antiguas, lo simpáticos que eran los señores antiguos, la diferencia de proporción hombres-mujeres entre las bibliotecas en 80 años de distancia, pero sobre todo llaman la atención esos dos señores leyendo el periódico en pijama y zapatillas. Eran el Comité para la Implementación del Lib 2.0


Esto no es una obra de teatro, sino una película, Desk Set, posiblemente la mejor película de bibliotecarias de la historia del cine, con mi adorada Katharine Hepburn en un papel ab-so-lu-te-men-te realista y reconocible en algunas colegas. Es genial. ¿Y no podíamos representar Desk Set en versión teatral por navidades en las Escuelas y Facultades de Biblioteconomía y Documentación?

O podríamos representar "Marian the Librarian", número del musical de Broadway "The Music Man", del que tenéis un vídeo más arriba (arriba del todo, quiero decir). No sé si hay una adaptación de la letra al español. Yo, lo que es yo, si me preguntan, tengo clarísima mi candidata para el papel de Marian.

Lo habéis adivinado: pondría a Marian en el papel de Marian.

¿Verdad que sí?

O si no, pues podríamos representar una obra de teatro intimista, tipo Ibsen o Chejov, así con bibliotecarias vestidas a la antigua y con cara de antigua (como dice la Srta. Pepis ¡hay que ver qué cara de antigua tenían las antiguas!), como estas dos de la foto, que pasan media representación dialogando sobre temas entre banales y educados, pero donde se masca la tragedia...

... y las dos terminan a bofetadas, como en el mejor teatro griego.

Y, en última instancia, podemos llamar a la famosa infame bibliotecaria teñida de rubio, a que les lea a los niños unas historias navideñas:

... mientras el resto del staff nos refocilamos en una fiesta por todo lo alto en medio de la sala de lectura...

... y empezamos a planear las vacaciones del próximo verano:

¡Hala! ¡A disfrutar!

P.D. Esta bitácora cumple un año. Ya está bien ¿no?


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