Si hay algo que nos ha enseñado la serie "Famosos pero por otra cosa", interrumpida aquí pero quizá no acabada aún, es que cualquiera de nuestros compañeros podría ser, llegar a ser en el futuro, o haber sido en el pasado, una gloria de las letras, de la pequeña pantalla o del crimen organizado. ¿Quién te dice a tí que tu compañera de Proceso no es al mismo tiempo una afamada poetisa sicalíptica? ¿O que el chico del mostrador del fondo no tiene madera de magnicida? ¿O que tu director fundó una religión demoníaca? ¿O que esa becaria que tuvísteis el curso pasado no se acabará casando con ese usuario que vestía siempre de negro? Las vidas privadas de los bibliotecarios merecerían disparar más alto que lo que yo puedo: merecerían un culebrón venezolano, como mínimo. Será la Historia la que diga en qué hornacinas o epitalamos se coloquen los bibliotecarios del presente: pero no seré yo quien os vea subir al epitalamio, chicas. Yo lo que quiero es contaros que he leído en el periódico un listado de grandes próceres de la literatura universal que fueron en sus vidas privadas (¿o más bien públicas?) sencillos oficinistas:
La estadística es una ciencia muy seria (según la estadística si vd. tiene dos coches y yo ninguno, entre los dos tenemos dos coches), y con la estadística en la mano no me cabe duda de que entre nuestras filas habita alguna lumbrera, si no poética al menos de la política, porque de Papa o Papisa como que no os veo, y para cometer magnicidio primero hay que tener a tiro a alguien grande, y no los veo yo por aquí...
O será que donde vamos a encontrar nuestra imagen social será en las pantallas del cine y de la tele: la cosa es que muchos de los laureados bibliotecarios que he mencionado más arriba no es que fueran personajes asíduos de la tele (bueno, salvo Gloria Fuertes y Mike Tyson, la verdad) pero porque le tele entonces no era lo que es: el hecho de que la gran mayoría de los españoles relacionen el término "Biblioteconomía" con la amiga Inma del "Gran Hermano" lo dice todo. En los Estados Unidos, fuente de admiración sin límites para mí, son capaces de emitir una serie de televisión que se desarrolla no sé si en una biblioteca o en una librería (a los efectos me da lo mismo) y protagoniza Pamela Anderson, estrella de la silicona pectoral en permanente exposición pública.
Las fotos me recuerdan algunas otras imágenes en las que se fija el imaginario colectivo cuando piensa en chicas y bibliotecas (lo cual es parte de la imagen social del bibliotecario): se trata del lugar común de la bibliotecaria alzada de puntillas o sobre unas escaleras y luciendo los tobillos. Hay algunas fotos:
La escena es de la película "No man of her own", de 1932, la chica es Carol Lombard y el chico que le mira los tobillos es el inmarcesible Clark Gable. Al final se casan.
Esta otra es de Cindy Sherman, actriz y fotógrafa, en una imagen de 1978 hecha por ella misma para la serie "Film Stills", en la que se fotografió en diversas "situaciones de mujer". Escogió una de bibliotecaria. No se le ven los tobillos, pero la pose es la misma.
Y esta otra que enseña los tobillos hasta la altura de la cacha no es otra que la rubia de todos los tiempos, la jamona Marilyn Monroe. No tengo ni idea de si se trata de una imagen de una película (no me consta que salga ninguna biblioteca en ninguna de las suyas). Claro que los libros de la foto no están tejuelados... luego no es una biblioteca, sino una vulgar librería. Fijaos en el libro que tiene en la mano: son grabados de Goya. No es que esto signifique nada, pero son grabados de Goya.
¿Y esta, enseñando hasta las bragas? Es un dibujo de Geek se la serie "Talk to me". No tengo muy claro de dónde la saqué, pero guarda una relación con las anteriores.
Otro dibujo con culo al aire, tacones en botas altas (como las que llevaba Franco para pescar truchas), gafas y diadema. ¿Es la imagen social del bibliotecario? ¿Se me está yendo un poco de la mano? He dicho culo. Y empecé hablando de escritores oficinistas, y no sé cómo he llegado hasta estas imágenes de bibliotecarias enseñando más o menos un fragmento de sus piernas al colocar libros... ¡ah si! era por la foto esa de la Pamela Anderson. Bueno, pues sigo:
Esto es un sujetalibros de metacrilato con una figurita de bibliotecaria minifaldera sibida a la escalera para colocar los libros, y a la que obviamente se le ven los tobillos. Está modelada a partir de un personaje de Milo Manara, el autor de comics como "El click", de alto contenido tórrido. No lo venden en Esquitino.
Aquí otra de lo mismo. La venden en una tienda online por 55 $.
Esta otra es de un tal Ichigomochi (es japonés, lo habíais notado ya, generación criada viendo Heidi y Marco).
Y esta yo diría que la la enseñé el otro día. Forma parte de una serie que no digo dónde está pero que es de esas en las que acaba quitándose hasta la laca de las uñas. La foto buena es esta. Pero tampoco se trata de una biblioteca: como en el caso de Marilyn, no hay tejuelos.
¡Chicas! Ya sabéis: pantalón hasta el tobillo, como la de la foto.
P.S. Ya véis por dónde han ido los derroteros de hoy en La Imagen Social del Bibliotecario. Podía haber reflexionado un poco más sobre las imágenes de bibliotecarias en la tele o en el cine, que es lo que parece que prometía, en lugar de mostrar tanta foto cutánea. Otra vez será. Tengo, por ejemplo, una de Rossy de Palma haciendo de bibliotecaria en "El porqué de las cosas", y voy a buscar algunas más para dar pie a alguna reflexión más, digamos, académica.
¡Hala! ¡A disfrutar!
- Kafka era agente de seguros
- Pessoa llevaba libros de contabilidad
- Roa Bastos fue administrativo de banca
- Verlaine, funcionario municipal
- Italo Svevo trabajó en la oficina de una fábrica de pinturas
- Robert Walser, oficinista
- Kavafis, funcionario ministerial
- Wallace Stevens, del ramo de los seguros
- Mario Benedetti, taquimecanógrafo
- Juan Rulfo, en inmigración
La estadística es una ciencia muy seria (según la estadística si vd. tiene dos coches y yo ninguno, entre los dos tenemos dos coches), y con la estadística en la mano no me cabe duda de que entre nuestras filas habita alguna lumbrera, si no poética al menos de la política, porque de Papa o Papisa como que no os veo, y para cometer magnicidio primero hay que tener a tiro a alguien grande, y no los veo yo por aquí...
O será que donde vamos a encontrar nuestra imagen social será en las pantallas del cine y de la tele: la cosa es que muchos de los laureados bibliotecarios que he mencionado más arriba no es que fueran personajes asíduos de la tele (bueno, salvo Gloria Fuertes y Mike Tyson, la verdad) pero porque le tele entonces no era lo que es: el hecho de que la gran mayoría de los españoles relacionen el término "Biblioteconomía" con la amiga Inma del "Gran Hermano" lo dice todo. En los Estados Unidos, fuente de admiración sin límites para mí, son capaces de emitir una serie de televisión que se desarrolla no sé si en una biblioteca o en una librería (a los efectos me da lo mismo) y protagoniza Pamela Anderson, estrella de la silicona pectoral en permanente exposición pública.
Las fotos me recuerdan algunas otras imágenes en las que se fija el imaginario colectivo cuando piensa en chicas y bibliotecas (lo cual es parte de la imagen social del bibliotecario): se trata del lugar común de la bibliotecaria alzada de puntillas o sobre unas escaleras y luciendo los tobillos. Hay algunas fotos:
La escena es de la película "No man of her own", de 1932, la chica es Carol Lombard y el chico que le mira los tobillos es el inmarcesible Clark Gable. Al final se casan.
Esta otra es de Cindy Sherman, actriz y fotógrafa, en una imagen de 1978 hecha por ella misma para la serie "Film Stills", en la que se fotografió en diversas "situaciones de mujer". Escogió una de bibliotecaria. No se le ven los tobillos, pero la pose es la misma.
Y esta otra que enseña los tobillos hasta la altura de la cacha no es otra que la rubia de todos los tiempos, la jamona Marilyn Monroe. No tengo ni idea de si se trata de una imagen de una película (no me consta que salga ninguna biblioteca en ninguna de las suyas). Claro que los libros de la foto no están tejuelados... luego no es una biblioteca, sino una vulgar librería. Fijaos en el libro que tiene en la mano: son grabados de Goya. No es que esto signifique nada, pero son grabados de Goya.
¿Y esta, enseñando hasta las bragas? Es un dibujo de Geek se la serie "Talk to me". No tengo muy claro de dónde la saqué, pero guarda una relación con las anteriores.
Otro dibujo con culo al aire, tacones en botas altas (como las que llevaba Franco para pescar truchas), gafas y diadema. ¿Es la imagen social del bibliotecario? ¿Se me está yendo un poco de la mano? He dicho culo. Y empecé hablando de escritores oficinistas, y no sé cómo he llegado hasta estas imágenes de bibliotecarias enseñando más o menos un fragmento de sus piernas al colocar libros... ¡ah si! era por la foto esa de la Pamela Anderson. Bueno, pues sigo:
Esto es un sujetalibros de metacrilato con una figurita de bibliotecaria minifaldera sibida a la escalera para colocar los libros, y a la que obviamente se le ven los tobillos. Está modelada a partir de un personaje de Milo Manara, el autor de comics como "El click", de alto contenido tórrido. No lo venden en Esquitino.
Aquí otra de lo mismo. La venden en una tienda online por 55 $.
Esta otra es de un tal Ichigomochi (es japonés, lo habíais notado ya, generación criada viendo Heidi y Marco).
Y esta yo diría que la la enseñé el otro día. Forma parte de una serie que no digo dónde está pero que es de esas en las que acaba quitándose hasta la laca de las uñas. La foto buena es esta. Pero tampoco se trata de una biblioteca: como en el caso de Marilyn, no hay tejuelos.
¡Chicas! Ya sabéis: pantalón hasta el tobillo, como la de la foto.
P.S. Ya véis por dónde han ido los derroteros de hoy en La Imagen Social del Bibliotecario. Podía haber reflexionado un poco más sobre las imágenes de bibliotecarias en la tele o en el cine, que es lo que parece que prometía, en lugar de mostrar tanta foto cutánea. Otra vez será. Tengo, por ejemplo, una de Rossy de Palma haciendo de bibliotecaria en "El porqué de las cosas", y voy a buscar algunas más para dar pie a alguna reflexión más, digamos, académica.
¡Hala! ¡A disfrutar!
estupendo, cada día soy más fan de lisdb :O)
ResponderEliminarJejeje buenísimo :D
ResponderEliminarMmm creo que nunca llegué a ponerme minifalda para ir a la biblioteca, lo siento por mis usuarios, soy más de vaqueros :P
A más que se te verían los pseudópodos o pedipalpos, Yav... ;OP
ResponderEliminarJajajaajajajjajaajaja
ResponderEliminarCientos de libros y una guapa bibliotecaria enseñando las piernas. Fetichismo en estado puro. Creo que sin duda esa clase de bibliotecas me tendrían abonado para toda la temporada.
ResponderEliminarHola Odd Librarian: Muy divertidos tus comentarios sobra las fotos de las bibliotecarias. No pude leer todo el texto por falta de tiempo.
ResponderEliminarSaludos
y como mola ese ratillo cuando te pasa a tí. a mi me paso y saque aprobado en todo, jeeeejee , ke buenos años
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