Se han dicho muchas tonterías sobre la imagen social del bibliotecario. Más sobre la bibliotecaria. Y sobre todo se han dicho en inglés. Yo voy a decir una cuantas tonterías más, en español, pero sobre todo voy a intentar colgar fotos que reflejan nuestro lado más extraño.

13.7.09

Célebres pero por otra cosa (14)


Manolo Blahnik (1942- )

Zapatero total, autor de "los manolos" (una de las marcas de calzado más prestigiosas del mundo y de las más caras). Como que 3.000 € te puede cobrar por un par de zapatos. Este canario, amigo de Paloma Picasso, Jacqueline Kennedy o Yves Saint-Laurent, que viste los pies de Madonna y de muchas muchimillonarias del hemisferio norte, resulta ¡pásmense! que podía haber sido bibliotecario y no lo fue. Y nos lo cuenta en El Faro de Vigo, no en Vogue ni en EPI.

–¿Cómo aprendió el oficio?
–Nunca lo he aprendido. Mis padres veían que yo era un niño raro que no iba a servir para recoger plátanos. Me mandaron a Ginebra con mi tío y pensé en estudiar Derecho Internacional o Literatura. Me di cuenta de que no me veía como bibliotecario o profesor y se me ocurrió irme a París y después a Londres. Supe que quería transmitir cosas a través del trabajo de mis manos y aquí me tienes.

Ahí lo tienen. Lo que se ha perdido. Claro que de haberse dedicado él a esto de la Biblioteconomía en lugar de a la Zapatificación, a lo mejor me había desbancado del papel de comentarista del "librarian look", "librarian chic" y hasta de los "librarian shoes" que he reseñado en otras ocasiones, según consta aquí.

Claro que lo mismo que hemos encontrado (via Tökland) una señora que convierte viejos e infumables libros en glamourosos bolsos chic, podríamos haber conocido quien, por medio de un mashup zapatotecario, transformara en bailarinas los códigos civiles, en stilettos los manuales de gestión de empresas, en deportivas las enciclopedias, en chanclas, finalmente, el Diccionario de la RAE. La Historia está llena de ocasiones perdidas, como esta.

Y menos mal que si con el tiempo el negocio de los zapatos para las famosas no prosperara, siempre le quedaría a Don Manolo la oportunidad de retomar su truncada carrera de bibliotecario y ofrecerse como ídem especializado al Museo del Zapato de Imelda Marcos (en la imagen supra una balda, vean cómo están todos sin tejuelar). La que fuera Miss Manila en 1950, esposa del Presidente Marcos y ministra en su gobierno filipino acumuló cientos, dicen que miles de zapatos, que abandonó en su huida del país, sin catalogar ni clasificar. He aquí una oportunidad de trabajo para un buen profesional de la información. De nada.

2 comentarios:

  1. Oddie, my dearest Librarian:
    En el mundo del estilismo del stiletto he descubierto gracias a ti infinidad de posibilidades. Gracias por volver a llenar el ciberespacio de sociología bibliotecaria y glamour inteligente. Bienvenido y no vuelvas a irte, por favor.

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  2. Yo, me apunto a diseñar la política de expurgo de la colección "Zapasteca" de Carrie ( la de Sexo en NY)

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