Richard Scarry es un ilustrador de libros infantiles, inglés, y pasado de moda. Sus grandes obras datan de las décadas de los 60 y los 70 de lo que se viene dando en llamar "el pasado siglo" y que no es otra cosa que la época en que habéis nacido todos y cada uno de vosotros, intangibles lectores. En casa tenemos varios libros de Richard Scarry precisamente de esa época y comprados en el Reino Unido, en los 60, y me he dedicado a buscar y escanear unas cuantas imágenes de un par de ellos, por el tema de lo mío, lo de la imagen social del bibliotecario.
Inglaterra es, para quien no haya viajado, que haberlos haylos, un país con bibliotecas. Y esta es una cosa en la que viene destacando desde hace cosa de 250 años para empezar a hablar, según tengo entendido. 250 años teniendo bibliotecas (no depósitos de libros, me refiero a bibliotecas) dan para mucho, y han conseguido que la gente lea, por ejemplo, o cosas como que desde hace más de 30 años cuando un ciudadano británico de un pueblo necesita una información (la programación de la tele, la previsión del tiempo, el teléfono de una tintorería, el PIB de Gambia, las farmacias de guardia, lo que dijo Shakespeare que le dijo Hamlet a Horacio mirando pasar las nubes por el cielo, las mil maneras de decir lo mismo en las novelas de Barbara Cartland, cómo se debe podar un rododendro, dónde alojarse en Moscú, cómo se conjugan los verbos franceses, o la esencia del ente en sí frente a la entidad del ser en sí mismo en Kierkegaard, por ejemplo) cuando un ciudadano necesita algo de esto, digo, va a la biblioteca y lo encuentra. A la biblioteca pública, a la que canto.
Esto ha provocado que los niños británicos posean una imagen social del bibliotecario, y a continuación que los ilustradores de libros infantiles plasmen esa imagen de la forma que aquí os cuento, con Richard Scarry como ejemplo. Saquemos algunas conclusiones:
Inglaterra es, para quien no haya viajado, que haberlos haylos, un país con bibliotecas. Y esta es una cosa en la que viene destacando desde hace cosa de 250 años para empezar a hablar, según tengo entendido. 250 años teniendo bibliotecas (no depósitos de libros, me refiero a bibliotecas) dan para mucho, y han conseguido que la gente lea, por ejemplo, o cosas como que desde hace más de 30 años cuando un ciudadano británico de un pueblo necesita una información (la programación de la tele, la previsión del tiempo, el teléfono de una tintorería, el PIB de Gambia, las farmacias de guardia, lo que dijo Shakespeare que le dijo Hamlet a Horacio mirando pasar las nubes por el cielo, las mil maneras de decir lo mismo en las novelas de Barbara Cartland, cómo se debe podar un rododendro, dónde alojarse en Moscú, cómo se conjugan los verbos franceses, o la esencia del ente en sí frente a la entidad del ser en sí mismo en Kierkegaard, por ejemplo) cuando un ciudadano necesita algo de esto, digo, va a la biblioteca y lo encuentra. A la biblioteca pública, a la que canto.
Esto ha provocado que los niños británicos posean una imagen social del bibliotecario, y a continuación que los ilustradores de libros infantiles plasmen esa imagen de la forma que aquí os cuento, con Richard Scarry como ejemplo. Saquemos algunas conclusiones:
- Entre los bibliotecarios abundan los conejos, aunque también hay perros, gatos, gallinas, cerdos, cabras...
- El sexo femenino es mayoritario, pero no único
- Las bibliotecarias, en general, sonríen
- Las bibliotecarias, en general, van descalzas
- Las bibliotecarias tienen tendencia a vestir de tonos azules o malvas, sean gatas, gallinas, cerdas o conejas; entre los bibliotecarios macho no hay uniformidad
- Las bibliotecarias atienden público infantil (conejitos, gatitos, ratoncitos) y adulto (tigres, tejones)
Que vengan los sociólogos de la Biblioteconomía y hagan unos gráficos. Yo, por mi parte, creo que las conclusiones hablan por sí solas y por ello no digo nada más.
Expongo imágenes:
En una página sobre tipos de edificios, entre una catedral, una fábrica, una iglesia y una mezquita figura una moderna biblioteca, sin duda el más acogedor de todos los edificios. Véanlo más de cerca:
Veamos ahora a la bibliotecaria en acción:Expongo imágenes:
En una página sobre tipos de edificios, entre una catedral, una fábrica, una iglesia y una mezquita figura una moderna biblioteca, sin duda el más acogedor de todos los edificios. Véanlo más de cerca:
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Escondiéndose de los usuarios...
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Colocando los libros en las estanterías...
Adorando a sus encantadores usuarios...
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Leyendo más cuentos a los niños...
Terminando de leer cuentos a los niños...
¡Hala, a disfrutar!